ENTREVISTA A KANAI SENSEI (2a PARTE)

Pregunta: ¿Sensei, cuando se enseña a principiantes de aikido, es mejor empezar con ataques Katatetori?

Sensei: Sí, ya que es simple y básico, y se puede aplicar a otros ataques. A medida que el compañero agarra con mayor rapidez, el ataque se parece cada vez más a “tsuki”. Al final acaba siendo lo mismo.

Pregunta: ¿Qué espera de sus alumnos?

Sensei: Todo (risas). Espiritualmente… todo.

Pregunta: ¿Puede el Sensei das a sus alumnos algunas pistas o indicaciones sobre la actitud o el compromiso?

Sensei: Sobre esto no puedo decir nada. No puedo dar ninguna indicación a mis alumnos sobre aspectos como el compromiso. Cada uno es diferente y todos tenemos motivaciones distintas y motivos para acudir al Aikido. Algunos vienen a practicar el Aikido por razones de salud. Algunos sólo vienen una vez por semana y otros desearían practicar ¡tres veces al día! También existe el factor edad. Puesto que cada alumno llega con unas condiciones propias, el sensei no puede dar instrucciones específicas en cuanto a la actitud o el compromiso que deberían adoptar. Me doy por satisfecho si percibo que los alumnos practican sinceramente y con espíritu positivo. Lo que no me gusta es cuando los alumnos no practican seriamente o cuando no se implican. Algunos alumnos que llevan tiempo practicando tienen la impresión que ya lo han hecho suficientemente. Así que, a veces… olvidan que existe una línea… la cruzan y se acomodan demasiado en el tatami. Empiezan a olvidar en qué consiste el Aikido. Empiezan a… no molestar, pero a no tomarse seriamente el Aikido. Esta no es la buena actitud. Un término que define bien esta situación es “relajamiento”. Cuando un alumno lleva 10 o 15 años practicando, a veces se olvida de la existencia de la línea y desarrolla un estado de autocomplacencia en el que repite lo mismo una y otra vez sin pensar en lo que está haciendo. Los alumnos caen fácilmente en la rutina.

Pregunta: Esto nos lleva a otra pregunta, Sensei. ¿Dado que los alumnos poseen diferentes condiciones (horario de trabajo, distancia al dojo), qué consejo daría a alguien que no puede acudir al dojo? ¿Cómo puede practicar esta persona Aikido diariamente?

Sensei: ¿Por sí mismo? Entiendo a lo qué se refiere, pero la práctica cuotidiana es una cosa totalmente distinta a la práctica real en un dojo. Hay cosas que se realizan en el dojo y cosas que se realizan fuera del dojo. Por consiguiente, aunque entiendo la razón de su pregunta, en realidad es lo mismo que preguntar “¿qué puede remplazar la práctica en el dojo?” Como se trata de dos cosas tan distintas, realmente no se puede remplazar.

Pregunta: ¿Qué tipo de características o actitud desearía usted ver en los alumnos que aspiran a un aumento de rango? ¿Desde su punto de vista, qué actitud deberían adoptar? ¿Cómo determina un alumno que está preparado para un examen?

Sensei: Primeramente, hay unos requisitos mínimos para cada examen: un determinado número de horas de práctica, el conocimiento de las técnicas. Sin embargo, idealmente el alumno que se examina debería poseer más que eso. Incluso si es capaz de realizar correctamente las técnicas y cuenta con el número de horas requerido… el alumno debería ser capaz de realizar las técnicas con desenvoltura. Por supuesto, hay que ejecutar las técnicas con total corrección… pero debe de haber algo más, algo “extra”. Cuando observo los exámenes, me doy cuenta de que muchos alumnos no se sienten cómodos con las técnicas, adolecen de confianza.

Pregunta: ¿Entonces, el alumno debería mostrar una cierta facilidad en el momento de examinarse? ¿Un plus que demuestre que no está al límite de sus capacidades?

Sensei: Confianza… sí, confianza y, por lo tanto, el alumno debería de estar por encima de lo que se le exige. Así es. A veces tengo la sensación que un alumno no debería pasar el examen… pero evidentemente soy humano y les permito pasarlo. Cada vez que hay exámenes aquí, me siento incómodo haciendo de juez. Si son mis propios alumnos me siento más libre para aprobarlos o suspenderlos; pero con alumnos de otros dojos… puesto que el contenido de su instrucción y de su práctica son distintos… me siento obligado a ser un poco más generoso a la hora de evaluarlos, a pesar de saber que esto va a “devaluar” el nivel de aikido. Esto me incomoda.

Pregunta: En la entrevista anterior, Sensei, usted habló sobre los instructores que son muy buenos mostrando las técnicas a los alumnos, lo que hace que estos aprendan los movimientos con mucha rapidez. Sin embargo, este hecho provoca que los alumnos “no aprendan la esencia”. No adquieren el aspecto “interno”. ¿Si hubiera más suspensos, tendrían los alumnos que esforzarse más y en consecuencia adquirirían la “esencia”?

Sensei: En primer lugar, no he visto a nadie que sea técnicamente bueno cuya actitud no sea también buena, y por lo tanto que haya suspendido. Esto no ocurre. Las personas que desarrollan una buena técnica también desarrollan una buena actitud, porque cuando alguien practica duramente durante mucho tiempo, la práctica tendrá una repercusión sobre su actitud.

Pregunta: En esa entrevista, también hablamos de las personas que se imbuyen de la “filosofía” del Aikido, cuya búsqueda es distinta de la práctica. Estos dos aspectos parecían no estar coordinados. ¿Pero, si alguien se ha involucrado mucho en el entrenamiento que se requiere para dominar la técnica, aparecerá automáticamente la vertiente “filosófica”, el “DO”?

Sensei: No me atrevo a hablar del “DO” o “Tao”… No estoy seguro de si lo adquirirá o no. Pero si un alumno practica duramente y consigue adquirir un gran dominio en muchas técnicas, tras innumerables horas de esfuerzo, creo que como mínimo ese alumno entenderá qué es el Aikido.

Pregunta: ¿Sensei, piensa que para los alumnos de Aikido, la práctica con armas resultará ineludible en algún punto de su entrenamiento?

Sensei: (Risas). Su pregunta resulta un tanto engañosa. Por ejemplo, si me pregunta “¿Resulta el aprendizaje de las armas beneficioso para el aprendizaje del aikido?”, le diré que hay un error de concepto. Si uno entiende lo que es el Aikido, esto no tendría por qué ser cierto. Si se desplaza de acuerdo con los principios que aprende en Aikido… si observa la forma de utilizar su cuerpo, de cómo hacer “sabaki”, se moverá de igual forma con un arma o si ella. Si desplaza el cuerpo de acuerdo con los principios del Aikido, lógicamente, podrá aplicarlo también a las armas. Esa es mi forma de verlo.

Pregunta: ¿Sensei, qué es para usted lo esencial en el Aikido? ¿Cuál es su núcleo, su esencia?

Sensei: Primeramente, no puedo definir la esencia del Aikido en una palabra. No se puede resumir en un solo término lo que es la esencia del Aikido porque hay varios factores que lo integran. Otra dificultad aparece si tomamos uno de los factores y lo analizamos aisladamente desde sus orígenes, ya que el resultado obtenido es casi “académico”. Por ejemplo, ¿cómo analizaremos la situación en la que se enfrentan dos individuos? No nos queda más remedio que abordar lo que llamamos la “dinámica”, los principios de la física que describen la interacción de fuerzas. A eso me refiero cuando digo “académico”. Cuanto más profundo nuestro análisis, más necesario resulta entender la física de esa situación. ¿Verdad que forma parte de ese campo? Hay muchos ejemplos. Si analizamos la “etiqueta” en el Aikido. Pensemos en la etiqueta en el dojo: las pautas de comportamiento de los sempai, la de los instructores, etc. Ahora nos adentramos en el campo “sociológico”. Debemos empezar a pensar en términos de sociedad… de nuevo aparece el aspecto “académico”. Luego, en el campo de las artes marciales, si estudiamos características como la modestia o la humildad… resulta inevitable pensar en la religión, adentrarse en el aspecto religioso del Aikido. Así pues, el Aikido consiste en todos estos factores unidos en un solo sistema. Eso es el Aikido. Por eso, a veces, se le llama “sogo budo”, es decir, un “arte marcial integral” o un “arte marcial universal”, o aún un “arte marcial fundamental”. Es por eso que no puedo definir la esencia del Aikido en un solo término. ¡El Aikido se compone de demasiados aspectos y cada aspecto nos puede llevar a un campo entero! El Aikido es extremadamente difícil de aprender porque requiere “perfección” en todos sus aspectos. Es un arte marcial muy complejo. Cuando aprendemos Aikido debemos hacerlo muy seriamente y, a medida que lo estudiamos nos damos cuenta de que no podemos abordarlo de una forma ligera. Por eso aconsejo a los alumnos que llevan varios años practicando no caer en la autocomplacencia y pensar que lo han conquistado… ¡porque es inagotable!

Pregunta: Ya que saca el tema de las expectativas para sus alumnos, ¿qué espera de los instructores?

Sensei: Deseo que los instructores reflexionen más profundamente… porque actualmente hay muchos alumnos que llevan practicando aikido durante largo tiempo. El nivel de Aikido ha ido aumentando hasta el punto que algunos alumnos han igualado a sus instructores. Los instructores deberían evitar que eso ocurra. Deben entrenar más y pensar más. El Aikido evoluciona constantemente; si paramos de pensar, nuestro aikido se estancará. Siempre hay alguien indagado en una técnica de Aikido. Por eso digo que si el instructor deja de reflexionar o de trabajar técnicamente y sus alumnos lo alcanzan, el Aikido dejará de expandirse. Eso no sólo ocurre en Aikido, sino en todo. El Aikido evoluciona porque siempre hay alguien reflexionando. Eso es el Aikido… alguien constantemente indagando. Así pues, mientras el pensamiento de la gente real crezca, el Aikido seguirá creciendo también.

Pregunta: ¿Llevando como lleva cierto tiempo viviendo en América, le satisface el desarrollo del Aikido en Estados Unidos?

Sensei: Con algunas reservas, globalmente pienso que el nivel de Aikido actual en Estados Unidos es el mejor del mundo, pero no me satisface plenamente.

Pregunta: ¿Qué objetivos tiene para nosotros?

Sensei: No le puedo responder porque aún estoy estudiando y trabajando en esta cuestión.

Pregunta: ¿Qué condiciones querría usted que examináramos más detenidamente y evaluáramos para poder mejorar?

Sensei: Hay demasiadas diferencias y extremos. Incluso en Estados Unidos, existen quizás diez organizaciones de Aikido distintas, empezando por nuestra propia federación. Pero, incluso entre los que participan en la federación, existen diferencias entre los dojos debidas a las regiones geográficas, a los niveles de práctica y al hecho de que los instructores tienen características distintas. Un instructor es bueno en un aspecto determinado y otro lo es en otro aspecto, lo que hace inevitable que surjan diferencias. El nivel de práctica todavía no se ha homogeneizado. Este podría ser el objetivo.

Pregunta: ¿Sensei, podría compartir algunas de sus impresiones, sensaciones o ideas respecto a los “valores éticos” que desea ver en los instructores?

Sensei: Creo que hacerse expectativas sobre la ética de los instructores y hablar de ellas puede acarrear problemas. Para mí, es muy difícil hablar de ello. Lo expondré de la siguiente manera: si los alumnos piensan sobre el tipo de instructor que desean tener, se definirá de forma natural la ética correcta de los instructores en cuestión. En otras palabras, si los alumnos piensen seriamente en el instructor que quieren, sabrán qué ética debería poseer ese instructor. Si el instructor trata de entender lo que quieren sus alumnos, lo que buscan en un instructor, este descubrirá de forma natural que tipo de instructor debe ser. Tomará conciencia de cómo tendría que ser. Es una cuestión de sentido común, de toma de conciencia.

Pregunta: Por ejemplo, pongamos que soy el propietario de un gimnasio en el que la gente acude a levantar pesos… no estoy sugiriendo que haya una filosofía detrás de un centro así, que haya una “vía” a seguir… pero un dojo implica una filosofía. Algunos instructores podrían erigirse como mentores, y no estoy seguro de que algunos de ellos vayan a ser suficientemente sinceros y empáticos para escuchar a sus alumnos y darles lo que piden. De hecho, podrían incluso aprovecharse de los alumnos. ¿Por lo tanto, Sensei, desde un punto de vista general, puede hacer algún comentario respecto a lo que espera de los instructores?

Sensei: Esta es una pregunta muy difícil porque, si los alumnos consideran al instructor como un mentor y si este responde como a tal, estamos ante una cuestión de responsabilidad hacia otro ser humano. El hecho de que un alumno reciba la influencia de su instructor o sensei es una cuestión muy seria ya que se trata del poder de una persona hacia otra. Se trata de un tema extremadamente delicado. Por ejemplo, si un alumno se sumerge por completo en el Aikido, entonces su vida se acaba convirtiendo en Aikido, hasta el punto de que puede llegar a desatender su propia vida. Puesto que este extremo puede llegar a producirse, debemos abordar la influencia hacia otra persona con mucha prudencia. No tiene por qué ser necesariamente el instructor. Todos adquirimos responsabilidad hacia otro que está bajo nuestra influencia. Por esta razón no puedo decir cómo “deberían ser” los instructores o cómo “debería ser” un verdadero instructor. No lo puedo decir precisamente por todo lo que he explicado. Del mismo modo, esto también pone límites a las exigencias de los alumnos hacia los instructores. Es un asunto realmente delicado. La enseñanza del Aikido no es un “concepto certero”. No se trata de matemáticas. En las matemáticas hay conceptos certeros, respuestas inequívocas. Pero si los alumnos realmente piden consejo al sensei respecto a sus problemas, éste deberá decirles que su respuesta no es inequívoca, porque no se trata de matemáticas. Un ser humano es un ser vivo y como tal lo único que es seguro es su instinto. El instinto es necesario para la supervivencia de los humanos en el mundo. Para tratar remplazar el instinto, el ser humano erigió valores como el “amor”, la “religión”, la “moral” o el “entrenamiento físico”. El “Bushido” y el “Budismo” pertenecen al mismo orden de cosas. Se trata de ilusiones. Las personas buscamos un tipo de ilusión, ya sea “Bushido”, “Budo” u otra cosa. En consecuencia, el instructor también vive en su ilusión… su idea. No podemos forzar a otra persona a vivir nuestra propia ilusión. Se trata de la propia ilusión de cada uno y a eso me refiero cuando digo que el Aikido no es un “concepto certero”. No existen las verdades absolutas. ¡El mundo en qué vivimos tampoco es certero! Así pues, resulta excesivo para un instructor que un alumno le exija ser su mentor, ya que el instructor se ve obligado a asumir la responsabilidad hacia otro ser humano.

Pregunta: ¿Sensei, qué motivos le atrajeron hacia el aikido? ¿Por qué escogió el Aikido?

Sensei: En mi caso fue muy simple. Las demás artes marciales no me satisfacían ni tampoco esperaba tanto del Aikido. En aquel tiempo, podría haber sido cualquier otra cosa.

Pregunta: ¿Fue más bien el momento que el arte en sí?

Sensei: Sí, ocurrió simplemente que el Aikido estaba allí para mí.

Pregunta: ¿Cómo descubrió el Aikido?

Sensei: A raíz de una demostración de O-Sensei y Tamura que vi por televisión.

Pregunta: ¿Fue O-Sensei el profesor que usted esperaba?

Sensei: Él fue lo que me atrajo definitivamente hacia el Aikido y, de hecho, es el motivo por el que, después de recibir las enseñanzas de O-Sensei, aún hoy sigo lo sigo practicando. En otras palabras, encontré si “shiho”, la sola persona que podía ser mi profesor.

Pregunta: ¿Qué aspectos de O-Sensei le hicieron decir “voy a seguir con él”?

Sensei: Simplemente por su manera de ser. Me gustaba sin más. No hay un aspecto concreto… simplemente le tenía una gran admiración.

Pregunta: ¿Cuál era la parte más difícil de su entrenamiento?

Sensei: La parte más ardua era “keiko”… la práctica. La práctica era lo más duro.

Pregunta: ¿Era muy exigente?

Sensei: Para mí, lo era. Cada día pensaba que lo iba a dejar. ¡Diariamente! Cada mañana me levantaba y me decía “Entrenaré sólo hoy… y mañana lo dejo definitivamente” (risas).

Pregunta: Doshu escribió que O-Sensei decía que el Aikido es “más veloz que el rayo”. ¿Qué significa esto?

Sensei: No sé en qué contexto Doshu mencionó esto pero O-Sensei me dijo que no importa quién se mueva primero. Otra interpretación podría ser que cuando hacemos algo no pensamos “cuando hago esto no saco esta ventaja o esta otra” y después actuamos. Tomaremos la decisión en el preciso instante de actuar. Lo hacemos tan “rápido como el rayo”, al instante. Las decisiones se toman en el mismo instante, al momento de presentarse la situación.

Pregunta: ¿Así pues, se trata de moverse en harmonía con la circunstancia, justo en el momento en que ésta se produce, sin titubeos, sin reflexión previa y sin ningún impedimento?

Sensei: Significa con sinceridad. Es la victoria sobre uno mismo. Cuando actuamos, no pensamos “si hago esto va a pasar aquello… perderé dinero, adquiriré prestigio” o lo que sea. No lo hacemos. La acción adecuada es lo que importa. De acuerdo con esta filosofía, si actuamos simplemente sucede lo correcto. Por lo tanto ese “veloz como el rayo” nada tiene que ver con la técnica.

Pregunta: ¿A parte de O-Sensei, ha habido otros instructores o profesores que le hayan influido?

Sensei: ¿Antes del Aikido? Sí, varios. Uno de ellos, cuando iba a la escuela primaria, mi tutor. Y también tuve un profesor extraordinario en la escuela secundaria quien me influenció enormemente.

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