The dojo

El aikido se practica en un dojo

El local principal de todo club de aikido es el dojo. Vulgarmente considerado por el público como una sala de entrenamiento, su etimología nos remite sin embargo al “lugar donde se estudia la vía”. De hecho, originariamente el término “dojo” designaba el lugar de estudio del budismo o de la práctica zen.

El carácter “sagrado” del dojo proviene pues de la experiencia y no de la simple obediencia a unas normas oscuras. En general, al igual que en la práctica de otras artes marciales como el judo, la superficie del dojo está recubierta de tatamis (colchonetas) indispensables para la práctica de los ukemi (caídas en el suelo).

Originariamente, el tatami no era un tapiz específicamente destinado a la práctica marcial o deportiva, sino que se trataba de la estera con que se recubría el suelo de las casas japonesas tradicionales (paja de arroz recubierta de tela de lino no rugosa y teñida) y cuya medida aproximada era de dos metros cuadrados. En el pasado, se calculaba la superficie de las casa en tatami.

La entrada al dojo significa el acceso a otro mundo, a la imagen del Japón tradicional: rebosante de “serenidad y ardor”. Los momentos de escucha atenta y de concentración dan paso a instantes de práctica intensiva y de explosión de energía.

Según la cultura japonesa, el dojo se organiza racionalmente a partir los ejes frontales (kamiza-shimoza) y laterales (joseki-shimoseki). Cada parte de la sala tiene un significado propio. Cabe remarcar que los términos descritos a continuación no definen los muros de la sala, sino más bien las delimitaciones del espacio de práctica. Un tatami situado en el centro de una gran sala polideportiva (como sucede a menudo en el caso de los seminarios de aikido) también posee estos elementos, a pesar de la ausencia de paredes.

kamiza

Cada dojo alberga un “puesto de honor” llamado kamiza, literalmente “sitial de los dioses”. En esa área se encuentra un retrato de O-sensei y, a veces, una caligrafía o un hikebana (arreglo floral). El instructor se sitúa en el centro del dojo, delante del kamiza.

Los practicantes deberán procurar no dar la espalda al kamiza ni colocarse delante del retrato del Fundador. Se respeta la convención la siguiente: durante la práctica física, no se tienen en cuenta los ejes particulares del dojo. En cambio, durante las explicaciones del instructor y muy especialmente durante el ritual de comienzo y de final del curso, la disposición del dojo retoma importancia.

En ningún caso debe considerarse como una señal de fanatismo ni de sectarismo, sino de respeto a la tradición del país de donde proviene nuestra disciplina, así como una prueba evidente de sana humildad. Además, practicar la etiqueta con rigor solo puede aportar beneficios para el aikido, por lo que respecta a un cierto estado de conciencia (zanshin) que requiere el aikido, o simplemente a la corrección postural.

Fórmulas de cortesía

Puesto que el aikido es de origen estrictamente japonés, les fórmulas de cortesía que emplea serán también en ese idioma, aunque no es necesario aprenderlas desde los primeros cursos.

Cabe remarcar que todas las fórmulas empleadas a lo largo de una clase son parte integrante del lenguaje japonés corriente y fácilmente oídas en situaciones cotidianas.

¡Nótese también el interés de pronunciar correctamente estas fórmulas de cortesía en los seminarios dirigidos por un instructor japonés!

O negai shimasu

[o négaï chimass’]

O negai shimasu es la fórmula corriente de cortesía que acompaña una petición. Se utiliza al principio de la clase en el momento del saludo y antes de solicitar a un nuevo compañero. El instructor que llama a un uke para demostrar una técnica también emplea esta fórmula.

Dômo arigatô gozaimashita

[doomo aligato godzaïmach’ta]

Dômo arigatô gozaimashita es una fórmula muy formal de agradecimiento. Se emplea al final de la clase, en el momento de saludar o tras la práctica con un compañero. En lenguaje corriente se utiliza Arigatô gozaimashita o simplemente arigatô (“gracias”).